Estonia, Letonia y Lituania son tres pequeños países del norte de Europa cuya historia ha estado ligada, hasta no hace tanto, a la de la antigua URSS. Sin embargo, desde su ansiada independencia, estas tres repúblicas del Báltico han ido poco a poco abriendo sus fronteras y mostrando al mundo su potencial turístico.
Son muchos los que confunden estos países y mezclan las capitales, pero aun así está claro que cada vez son más los viajeros que quieren pasear por Tallin, visitar las iglesias de Vilnius o descubrir el art nouveau de Riga. Pero el atractivo de estos países no acaba ahí y para que lo comprobéis, aquí os llevamos a orillas del Mar Báltico para enseñaros los tesoros que cada uno de ellos esconde en su territorio.
Lituania
Vilnius
La capital lituana es también conocida como «la ciudad de las iglesias». Basta un paseo por su casco antiguo para entender el motivo de este sobrenombre. Iglesias ortodoxas lucen orgullosas esos bulbos característicos como pequeñas cúpulas junto a iglesias católicas que esconden en su interior bellos retablos. Todo ello en el mayor casco antiguo barroco de toda Europa en el que visitar también la Universidad de Vilnius, el antiguo Palacio Real o lo que queda de aquel barrio judío que los nazis arrasaron y que en su momento era tan importante que la ciudad era conocida como «la Jerusalén del norte».
Si te quieres alojar cerca del casco antiguo de Vilnius, una buena opción es el Moon Garden Art, un pequeño hotel boutique.
Castillo de Trakai
Este castillo medieval, a orillas de un lago, es el símbolo de Lituania, un lugar envuelto en leyendas y que presume de ser el único castillo de Europa del Este construido en una isla. Recorrer los 300 metros de su puente de madera sobre el lago regala al viajero uno de los paseos más bellos que podrá dar en el país.
Para acabar la visita a Trakai nada mejor que comer en BONA Lounge, un pizzería con maravillosas vistas del castillo.

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Colina de las Cruces
A las afueras de la ciudad lituana de Siauliai se puede visitar uno de los lugares más singulares del país. En esta colina, se pueden ver amontonadas cientos de cruces que los lituanos han ido colocando allí para honrar a sus caídos en distintas batallas y guerras. El resultado es único y visualmente impactante.
Estonia
Tallin
La capital de Estonia esconde uno de los centros históricos medievales más bonitos de Europa, el cual ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Sus calles y monumentos son obras de los siglos XIV-XVIII: iglesias góticas, torres, murallas medievales, callejuelas románticas… El conjunto parece el escenario perfecto de un cuento de hadas en el que destaca su blanca catedral ortodoxa.
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Parque nacional Lahemaa
A 70 km de Tallin, este parque es el mayor de Estonia. El paisaje que se puede encontrar en este lugar es diverso, desde las mesetas Harju y Viru, que son las más antiguas zonas de asentamiento permanente en Estonia, a los grandes bosques y pantanos de Kõrvemaa, al sur de Lahemaa. Además, el parque es el hogar de numerosas aves y comunidades permanentes de osos, lobos y linces.
Tartu
Se trata de la segunda ciudad más grande de Estonia y se le considera el corazón intelectual del país. No es, por tanto, nada extraño encontrar en Tartu una de las universidades más antiguas de Europa. El lugar más destacado de la ciudad es su plaza del Ayuntamiento, un edificio neoclásico en el corazón de la parte antigua de Tartu. La Universidad, la iglesia gótica de San Juan o la colina Toomemägi son otros lugares que visitar en esta ciudad estona.
Letonia
Riga
La capital de Letonia es la ciudad más grande de los estados bálticos. Fue fundada en el año 1201 en la desembocadura del río Daugava y forma también del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. En ella destacan los edificios art nouveau y las construcciones de madera del siglo XIX.
Para alojarte cerca del casco antiguo de la ciudad puedes elegir el Europa Royale Riga, un hotel con amplias habitaciones, sauna y casino.
Castillo de Turaida
Este castillo medieval, cuyo nombre se traduce como «Jardín de Dios», ha sido recientemente reconstruido y se puede visitar a 50 kilómetros de Riga. Hoy se ha convertido en museo y reserva natural. Se permite al visitante conocer el interior, su iglesia, los jardines o adentrarse en la reserva natural por alguno de los senderos señalizados para ello.
Cesis
Esta ciudad de Letonia se ubica en el valle del río Gauja. En ella hay que visitar el castillo construido en el siglo XVIII, y que desde mediados del siglo XX aloja el Museo de Historia. En sus jardines, se pueden ver el granero y el establo, edificios que alojan el centro de convenciones del museo. También en el recinto del castillo merece la pena el parque del castillo y la fábrica de cerveza más antigua de Letonia, Cēsu Alus, construida en 1878.
Si os animáis a visitar esta zona del norte de Europa, os sugiero como mejor momento la primavera y el inicio del verano, cuando los campos están verdes y llenos de flores y se puede disfrutar de días largos en los que uno se va a la cama sin haber visto cómo se pone el sol.
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© Imágenes: Cristina Monsalvo, R. Melero, Iván 63, Aitor Salaberria y Cremona Daniel.
ipaelo (whattimesailing.com)
1 Mar 2017Últimamente por casa las -TONIAS están sonando mucho…
Puede ser que estén en nuestro objetivo viajero. Como siempre interesante artículo y que nos pone tontorrones mirando más destinos. 🙂