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Playas, naturaleza y alegría de vivir en Morro de São Paulo

Playas, naturaleza y alegría de vivir en Morro de São Paulo

Brasil tiene unas dimensiones tan grandes que necesitarías meses solo para arañar un poco su superficie. Porque viajar no es solo visitar sitios a la carrera. Viajar es quedarte un tiempo en un lugar en el que te encuentras a gusto, conocer a la gente local y mezclarte con ellos. Los paisajes – como ocurre en el caso de Brasil – pueden acompañar, pero al final lo que le da la vida a un viaje, lo que hará que se quede grabado en mayor o menor medida en tu memoria, es la gente que encuentras en él.

Hace poco pasé dos semanas en el maravilloso estado brasileño de Bahía. Comencé por su capital, la vibrante Salvador, para pasar unos días perdido en la vasta naturaleza de la Chapada Diamantina y reposar en las playas de Morro de São Paulo.

Morro de São Paulo nada tiene que ver con la ciudad de São Paulo. De hecho, es todo lo contrario.

Cómo llegar a Morro de São Paulo.

La mayoría de la gente que visita Morro lo hace desde la ciudad de Salvador de Bahía. Desde ella, la forma más rápida de llegar es tomando uno de los catamaranes que parten del embarcadero situado justo al lado del Mercado Modelo, en pleno centro de la ciudad.

El precio por trayecto suele rondar los 95 reales brasileños (RS) y hay varios servicios al día (normalmente, entre las 9 y las 15.30 h.). El viaje lleva entre 2 horas y 2 horas y media, dependiendo de la bravura con la que te reciba el Atlántico.

Una forma algo más complicada de realizar el viaje es tomando un ferri en São Joaquim, con el que cruzas la Bahía de Todos los Santos hasta Bom Despacho, en Itaparica. Desde aquí, sale un autobús que te lleva a Valença, donde tendrás que buscar el puerto del que salen las lanchas a Morro. El ahorro de esta opción no pasa de los 30 reales y depende mucho de los horarios de los distintos transportes. En mi opinión, no merece la pena.

Atardecer en Morro de Sao Paulo, Brasil.

Si vais sobrados de presupuesto, siempre podéis volar en una de las pequeñas avionetas que aterrizan en las minúsculas pistas de Morro (situadas en las playas Tercera y Cuarta). El trayecto lleva tan solo 20 minutos y el precio ronda los 250 reales brasileños.

Dónde alojarte en Morro de São Paulo.

Morro tiene casi un tipo de alojamiento para cada tipo viajero. Pousadas, hostels, grandes resorts con piscina, bungalows o apartamentos. No es un lugar barato, pero en temporada baja conseguí alojarme en el hostel Macondo por 40 reales la noche. No podría haber elegido mejor. La dueña, una argentina llamada Noelia, es encantadora y me hizo sentir como en casa.

Macondo se encuentra en el pueblecito de Morro. Si queréis fiesta, la Segunda playa es la más animada, junto con la Tercera y el pueblo. Las parejas o familias que estén buscando su pequeño paraíso de tranquilidad, deberían hacerlo en las playas Cuarta y Quinta (o Praia do Encanto).

Imagen de Praia do encanto, en Morro de Sao Paulo, Brasil.

Mi experiencia en Morro de São Paolo.

Morro te va a dar lo que vayas buscando. Es uno de esos lugares donde uno pierde la noción del tiempo y todos los días parecen festivos. En Morro, uno vive en un eterno sábado.

Fiesta en Morro de São Paulo.

Si quieres fiesta, la encontrarás casi a diario durante el verano austral y varios días a la semana en temporada baja. Terrazas con mesas en la arena, puestos callejeros donde te ofrecen caipirinhas de frutas y otras bebidas tropicales, bares con música en directo y un par de discotecas grandes (Pulsar es las más conocida). Brasileños, argentinos y uruguayos vienen al Morro para desfasar un poco en un ambiente tropical.

Playas y belleza natural.

Llamadme viejo (¡hacedlo!), pero en esta ocasión no era fiesta y desfase lo que buscaba, sino todo lo contrario.

Llegué a Morro de São Paulo con ganas de descansar y disfrutar de la naturaleza, y mi idea se reafirmó cuando desembarqué en el muelle y me di cuenta de que había subestimado la belleza que iba a encontrar.

Imagen de la segunda playa de Morro de Sao Paulo, en Brasil.

Es una de esas cosas bonitas que te depara el preparar muy precariamente un viaje. No había visto ni una sola fotografía de Morro de São Paulo. Cuando lo vi al natural, supe que había acertado con mi elección.

Los activos naturales de Morro son las playas y los bosques.

Antiguamente, las playas tenían sus nombres propios asignados, pero desde que el turismo fijó sus ojos aquí, la nomenclatura se ha reducido a numerarlas según su proximidad al pueblo.

La Primera playa es una pequeña cala insignificante que no os recomiendo.

En la Segunda se divierte la mayor parte de la gente. Chiringuitos donde disfrutar de cervecita, sombrillas, tumbonas, gente jugando con el balón o la raqueta y mucho selfie. Es la playa perfecta para los que busquen fiesta, postureo y comenzar a fijar objetivos del sexo opuesto para la noche.

La Tercera playa es más bien estrecha y pequeña y casi que se usa más de tránsito que de otra cosa.

En la Cuarta comienzan las palabras mayores. Una larga franja de arena – cuya anchura depende del estado de la marea – parece no tener fin. A tu derecha asoman árboles y palmeras tropicales, mientras que a tu izquierda el Atlántico se retira con la marea baja y forma piscinas naturales de agua caliente. Hay algunos resorts, pero nada tiene que ver con la condensación de las tres primeras. Ideal para el retiro y más despoblada cuanto más te alejas de Morro.

Imagen de la Cuarta playa de Morro de Sao Paulo, en Brasil.

La Quinta aún es conocida por su antiguo nombre: Praia do Encanto. Llegué a ella tras caminar algo más de dos horas. Apenas hay un par de resorts y cuando los pasé, dejé de ver gente. En la soledad me acompañaron árboles de ramas desnudas, como faros para embarcaciones que nunca llegan. Un paisaje hipnotizador en el que me quedé largas horas, en armonía con la naturaleza y conmigo mismo.

Otras excursiones.

En la isla, todo el mundo vive del turismo. Hay una gran cantidad de agencias que te ofrecen tours en barco, kayak, tirolina, 4×4, coches de caballos y muchas cosas más. Si tienes dinero y tiempo, no te puedes aburrir.

Una excursión que hice – y os recomiendo – es caminar hasta Gamboa, un pequeño pueblo situado al noroeste de Morro. El recorrido no lleva más de hora y media y pasarás por magníficas calas donde no habrá casi nadie. Te recomiendo que te lleves gafas de bucear y disfrutes de la colorida vida marina de sus aguas.

Gamboa es un pueblo bastante menos turístico que Morro y el día que fui pude disfrutar de un torneo de fútbol playa.

Tan solo me quedé 4 días en Morro de São Paulo, pero es uno de esos lugares en los que supe que me podría quedar a vivir una temporada. ¡Saudades do Morro! ¡Saudades do Brasil!

¿Dónde cambio moneda en Brasil?

Tal y como te hemos dicho antes, la moneda en curso en Brasil es el real brasileño, por lo que deberás cambiarla por la tuya antes de emprender tu viaje hacia Morro de São Paulo o una vez en el país, en cualquiera de las oficinas que Global Exchange tiene allí.

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Puedes ver dónde están en el siguiente mapa:

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