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Cuba, al ritmo del son

Cuba, al ritmo del son

El reciente acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos me ha llevado a echar la vista atrás -para ser más exactos, a febrero de 2014- y a plantearme qué será en los próximos años de un país que me robó un pedacito del corazón. Por eso, y porque Cuba es un país que más que ser contado, merece ser visitado, os dejo mis recomendaciones para viajar a esta isla.

1. Planificación cero.

El primer fallo que cometimos nosotros fue planificar demasiado el viaje: teníamos hotel reservado en La Habana y en Varadero, y solo nos dejamos tres días para visitar Trinidad (y la idea era ir a Santa Clara y Cienfuegos también si nos daba tiempo). Error, pero de los grandes, porque Cuba es un país en el que los planes te van surgiendo, sin que tengas que hacer demasiado esfuerzo. Por eso, lo mejor es reservar solo la primera noche (puede que te lo exijan para viajar desde determinados países) y el resto, dejarlo a la improvisación.

2. Perdeos por la isla.

Como conclusión de lo que os he comentado antes, mi consejo es que alquiléis un coche y os perdáis por la isla, sin nada más que ganas de vivirla. Eso sí, mejor reservad el coche antes de salir de casa, al menos para los primeros días, ya que nosotros fuimos en temporada alta (de diciembre a marzo) y nos fue imposible conseguir coche en La Habana. Y, sobre todo, armaos de valor para conducir por sus carreteras dudando en cada cruce.

Carretera en Cuba

3. Taxis particulares siempre que podáis.

Muchas guías de viajes os recomendarán que no os fiéis de los taxis particulares y que elijáis siempre los oficiales (los del gobierno), como los de Cubataxi, por ejemplo. ¿La verdad? Nunca he sido tan feliz en un trayecto por carretera como en el que hice desde La Habana hasta Trinidad, en un coche como los de Grease y música cubana en la radio a toda pastilla. Pura vida. Si bien es cierto que para que no intenten timarte con el precio, será mejor que estés avispado o vayas acompañado de algún local, como fue nuestro caso.

Coches y taxis en La Habana, Cuba

4. Utilizad el transporte urbano.

En cuanto al transporte público, me pareció que estaba bastante organizado y era seguro. Tened en cuenta que hay dos tipos de transporte público: el de los locales, en el que tendréis que pagar en pesos cubanos (su moneda), y el de los turistas, en el que se paga en CUCs.

Aun así, en algunos servicios turísticos también podréis pagar en dólares americanos, moneda que podréis cambiar con Global Exchange.

5. Bailad, como si no hubiera un mañana.

Si os gusta bailar salsa y otros ritmos latinos, olvidad todo lo que sepáis porque aquí, os van a dejar boquiabiertos. Los cubanos llevan el ritmo en las venas y se siente en todos los rincones del país.

Músicos cubanos en directo en La Canchánchara, en Trinidad.

6. Confiad en la gente.

Creo que este es uno de los puntos más importantes. Cuando viajé a la isla, iba con la idea que me habían transmitido de que, sobre todo en La Habana, iban a intentar estafarme en cada esquina, que los turistas somos blanco fácil (no de robos porque me pareció un lugar muy seguro sino de «acoso»). Nada más lejos de la realidad, aunque es cierto que nosotros estuvimos acompañados en todo momento por locales. Y he de decir que gracias a eso, conseguimos que nos llevasen a bucear a un rincón muy poco turístico de Trinidad.

7. Como en casa, en ningún sitio.

Igual que en el caso de los taxis, las casas particulares son una gran opción de alojamiento frente a los turísticos hoteles. Si de verdad queréis vivir Cuba, lo mejor es hacerlo con su gente, siempre dispuesta a ayudar a los turistas con su hospitalidad. Por un precio muy económico, tendréis alojamiento y comida casera si queréis, en casas de lo más variopintas (nosotros conseguimos una habitación con una terraza muy chula). Como en todo, hay que saber seleccionar o dejarse aconsejar por los locales.

Lo que debéis tener en cuenta es que las casas legales tienen una especie de ancla azul en la puerta que indica que lo son.

8. Empapaos de su historia.

Personalmente, más que por sus atractivos turísticos, a mí Cuba me atrapó por la calidez de su gente pero, obviamente, también es un país con mucho que contar. Desde el efervescente Malecón de La Habana hasta las coloridas casas coloniales de Trinidad, pasando por la tumba del Che Guevara en Santa Clara, su historia te guiará por su agitado pasado.

Trinidad, Cuba.

9. En la maleta: solo lo que vayáis a utilizar.

Seamos sinceros, la gente cubana irradia felicidad con sus maravillosas sonrisas, pero un hecho indiscutible es que, hasta ahora, no lo han pasado nada, pero que nada bien. Porque alguien que cuenta el paso de los días según una cartilla de racionamiento, ¿puede considerarse que tiene una vida normal? Si vuestra conciencia os dice que no, os recomiendo que llevéis en la maleta solo lo que vayáis a necesitar y el resto del espacio lo destinéis a productos que creáis que pueden hacer falta por allí.

Guía de Cuba

10. No perdáis tiempo en los resort.

Hay mucha isla por ver y muchas vidas que conocer, ¿vais a pasaros 3, 4, 5 días metidos en una piscina, bebiendo mojitos y con la espalda blanca de un europeo como máximo paisaje? Si tenéis tiempo, no descarto que lo hagáis, pero si no contáis con mucho, con dos días creo que sería suficiente.

Varadero, Cuba

Sinceramente, por qué no decirlo, la sensación que me llevé es que el país está montado para el turismo (los autobuses para los locales y para los turistas son distintos, los supermercados también y hasta para las farmacias parece que hay clases). Así que si tenéis la oportunidad de vivir como alguien de allí, ¿por qué no hacerlo? Os aviso de que os traeréis puesta una sonrisa porque la suya es contagiosa.

© Imágenes: Miriam Gómez Blanes.

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