Cierra los ojos, piensa en Brasil, ¿qué imaginas? ¿Playas, selva, samba, caipirinha? Vamos a justificar la existencia de esas postales brasileras en tu cerebro y vamos a agregar un toque de historia, un pasado colonial y cascadas para refrescarnos en medio de la selva.
En 2016, Brasil es el punto de mira de todo el mundo, pues la ciudad de Río de Janeiro será la sede de las Olimpiadas. Dentro de su estado homónimo, además de la metrópolis carioca, es más que recomendable que nos hagamos una escapada hacia el sur pues a tan solo 250 kilómetros, encontramos un panorama muy diferente: una interesante ciudad colonial, con un centro histórico bellísimo y en plena naturaleza. ¡Vamos a Paraty!
Un poco de historia paratiense
Esta ciudad colonial es considerada Monumento Histórico Nacional. Los años han pasado más lento en su centro histórico, donde los automóviles no están permitidos y donde encontraremos calles adoquinadas, difíciles para pasear –todavía más en chinelos o Havaianas– y una arquitectura colonial impecable. Todo parece propiciar un viaje en el tiempo al siglo XVII, cuando la aldea empezó a extenderse alrededor de la Igrejia Nossa Senhora dos Remédios.
La fundación de Paraty se remonta a 1667. En cuanto a su nombre, nada tiene que ver con «para ti» sino que proviene de un tipo de pez frecuente en las aguas del lugar que los indígenas tupís llamaban parati. Hasta principios del siglo XIX, Paraty fue puerto de salida de la conocida Ruta del oro y desde aquí se embarcaba el metal de Minas Gerais hacia Portugal. Su opulencia quedó bien constatada en la arquitectura que ahora conforma su centro histórico.
Paraty, capital de la cachaça
El aguardiente de caña de azúcar, más conocido como cachaça, es otro de los protagonistas de Paraty. En otros tiempos llegaron a haber 250 destilerías o alambiques, que a día de hoy ya no son tantas, pero sí un atractivo turístico imperdible. Este licor es popularmente conocido como pinga, de ahí el Festival da Pinga, que se celebra cada año en agosto.

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Por otra parte, la cachaça se usa para preparar caipirinhas. Hay de infinitos tipos, destilada con otros sabores y varias técnicas. Una de las que nunca faltan en las destilerías paratienses es la Gabriela, destilada con clavo y canela, ingrediente primordial de una caipirinha Jorge Amado.
Paraty, ciudad temática
Su arraigo al pasado y su más reciente conexión por carretera desde Río de Janeiro en los 80, potenciaron la llegada de visitantes de todas las nacionalidades. A día de hoy, es una ciudad en ebullición, turística, artística y temática. Se trata de una ubicación idónea para la celebración de todo tipo de festivales, que van desde el clásico de pinga, antes mencionado, de música –y no solo samba, también jazz y blues–, de moda o de fotografía, por citar solo algunos.
Caminando por el centro de Paraty
Es probable que hayamos llegado hasta Paraty por sus cachoeiras (cascadas) y praias (playas), pero no podemos irnos sin recorrer su centro histórico. Hay que dejarse llevar, cuidando dónde pisamos pues el suelo adoquinado no es lo más cómodo. Eso sí, hay que llevar marcados en un mapa los lugares que no nos podemos perder.
El puente sobre el río Perequê-açu
Es la imagen más fotografiada del centro de Paraty, con las pequeñas embarcaciones atracadas en sus márgenes y, al fondo, el puente con la Iglesia Nossa Senhora dos Remédios.
Precisamente, este río divide la ciudad: a un lado el centro histórico y al otro una pequeña playa, Praia do Pontal, y el morro do Forte Defensor Perpétuo. Hay un corto sendero o trilha para subir hasta arriba y tener una bonita vista de la bahía y de la desembocadura del río. Dejando a un lado el morro, seguimos hasta Jabaquara, una playa muy concurrida por ser fácilmente accesible caminando.
En nuestro lado del río, caminando por su costado, pasamos por la Praça da Matriz (Plaza Matriz) y continuamos hasta otra pintoresca iglesia, Nossa Senhora das Dores. Y zigzagueando por las callejuelas de esta esquina de la ciudad, mucho menos transitada, llegamos hasta la Casa da Cultura, con interesantes exposiciones temporales.
Si seguimos nuestro paseo por la Rua da Prata, terminaremos en otro escenario muy conocido, la Iglesia de Santa Rita de Cássia, orientada al mar como todas las de Paraty, con su bonita explanada y un acceso al puerto de Paraty. Aquí también está la antigua cárcel.
Las praias de Paraty
Jabaquara y Pontal no son las mejores. Si las playas son el gran atractivo de Paraty es porque hay varias muy buenas, de esas que verdaderamente esperas encontrar en Brasil, con poca gente (o no mucha), donde la selva se fusiona con arena blanca y termina en agua cristalina de temperatura agradable.
Hay que alejarse de la ciudad para llegar hasta algunas más escondidas, como Praia da Lula, Praia Santa Rita o Praia Vermelha.
Además de todo esto, también hay dos caminatas o trilhas muy recomendadas, de las que hablamos a continuación.
Trindade – Piscinas Naturales
La villa de Trindade está 25 kilómetros al sur de Paraty. Es una población todavía más tranquila, con buenas playas y un sendero muy recomendable. La playa más extensa de Trindade está dividida en tres: praia do Cepilho, praia da Fora y praia dos Ranchos, siendo la última la más apropiada para el baño y la más próxima a Trindade.
Desde otra playa, praia do Meio, sale un sendero hasta la praia Cachadaço y de aquí otro hasta las piscinas naturales. Se trata de una entrada de mar entre formaciones rocosas que forman unas pozas de agua cristalina. Es una postal de película, rodeada de frondosa vegetación y adornada con peces de colores. Para llegar, podrás hacerlo en autobús desde Paraty ya que este medio de transporte llega a Trindade con bastante frecuencia.
Praia do Sono – Ponta Negra
Desde Laranjeiras (también comunicada con bus desde Paraty) se inicia otra bella caminata de una hora hasta praia do Sono, una de las mejores de la zona, y esta sigue hacia otras playas todavía más remotas: praia do Antigos, praia do Antiguinhos y Ponta Negra.
Estas trilhas pueden ser más pesadas de lo esperado, pues las temperaturas y la humedad pasan factura. Si queremos ir más tranquilos y tomarnos más tiempo en cada playa, también es posible ir o volver en barca.
En el centro de Paraty también se puede contratar tours en barco hacia playas o hacia alguna de las 65 islas repartidas por la bahía.
Las cachoeiras de Paraty
La densa vegetación que caracteriza a Brasil, incluyendo la protegida mata atlántica, es también protagonista de Paraty. En los alrededores de la ciudad hay varias caminatas que conducen a refrescantes cachoeiras (cascadas), pero nos centraremos en dos que son de muy fácil acceso, hacia el interior, atravesando el barrio de Pantanal. Hasta ellas se llega en bus público.
La Cachoeira do tobogã e Poço do Tarzan (cascada del tobogán y pozo de Tarzán) están muy cerca de Paraty y son lugares muy concurridos por brasileños y extranjeros. Como su nombre indica, hay un tobogán natural de piedra por el que deslizarse, la caída es considerable y hasta se organizan competiciones. El pozo de Tarzán queda muy cerca, tras una abundante caída de agua. Hay una gran poza donde refrescarse o saltar desde más de diez metros de altura.
Otra opción, también por la misma zona, son las cachoeiras Pedra Branca, a las que también te resultará fácil llegar y que son muy bonitas.
Por último, ten en cuenta que la moneda de Brasil es el real brasileño. Podrás cambiar tu moneda por este con Global Exchange.
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© Imágenes: Mar Serrano.