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5 lugares que no puedes perderte en Fez

5 lugares que no puedes perderte en Fez

Fez es una de las ciudades marroquíes más sorprendentes y, sin embargo, una de las grandes desconocidas, llevándose Marrakech casi todas las visitas de la gente que va a Marruecos por primera vez.

Laberíntica, sorprendente, misteriosa e incluso exótica, Fez es una ciudad en la que podrás conocer el Marruecos más auténtico guiándote por los sentidos de la vista, el olfato y el gusto. Fez es una ciudad llena de colores, sabores y olores a especias.

Por ello, te dejamos una relación de 5 lugares que no puedes perderte en Fez.

1. Fez el-Bali, la Medina de Fez

Fez es un auténtico museo al aire libre y una de las mejores maneras de empezar a recorrerlo y conocerlo es a través de su medina más antigua: Fez el-Bali.

Caótica en ciertos momentos, mágica a primera hora del día cuando los comercios están a punto de abrir sus puertas, laberíntica en su mayoría y apasionante en su totalidad, Fez el-Bali es una de las zonas más especiales y sorprendentes de la ciudad.

Con más de 9000 callejones y 300 barrios, comprenderás lo difícil que puede llegar a ser orientarse aquí. Tarea casi imposible podríamos decir, por lo que os aconsejamos que dejéis atrás las dos calles más comerciales, Talaa Kbira (con una pendiente muy pronunciada) y Talaa Sghira (con una suave cuesta), y te adentres en la verdadera medina de Fez, esa en la que los olores y colores te abordarán a cada paso.

Lo mejor es recorrerla sin destino y sin ningún mapa, la propia Medina te irá guiando hacia sus rincones más especiales y siempre, en algún momento, llegarás a alguna de las calles principales.

En la Medina podrás encontrar como puntos de especial interés: la plaza Seffarine, las escuelas Bou Inania y Attarine, el Mausoleo de Moulay Idris y un largo etcétera que irá saliendo a tu encuentro mientras recorres Fez el-Bali. Y si en algún momento te pierdes o quieres encontrar alguno de ellos, solo tienes que preguntarle a alguien y estará encantado de acompañarte a cambio de alguna moneda.

Otra de las opciones es contratar un guía que tte enseñe la medina. Hace algunos años esto podía suponer un problema dada la cantidad de guías falsos que existían en la puerta principal de la medina Bab Bou Jeloud. Sin embargo, a día de hoy esto está ya muy erradicado y los guías que encontrarás son oficiales y están altamente cualificados.

Eso sí, si no quieres ir a ninguna tienda, avísale en el momento de cerrar el trato y así evitarás tener que ir de compras durante la visita guiada.

Si esta opción tampoco te convence y quieres ir a tu aire, pero sin adentrarte en el corazón de la medina solo, siempre puedes centrarte en las calles principales, Talaa Kbira y Talaa Sghira e ir avanzando por ellas para atravesar la medina.

Eso sí, si nos permites darte una recomendación, opta por perderte por los callejones de la medina, sin duda alguna, es la mejor experiencia que podrás llevarte de Fez.

2. Las curtidurías de Fez

La de las curtidurías de Fez (el célebre «quartier des tanneurs») es una de las imágenes que todos tenemos en la mente, y también en la pituitaria por el fuerte olor que desprenden, cuando hablamos de esta ciudad, especialmente de la Curtiduría Chouwar, la más conocida y más fotografiada.

Esas cubas con agua teñida de colores imposibles, que dicen tener un olor inaguantable, se han convertido en todo un símbolo de la ciudad.

El proceso para teñir la piel es todo un arte, que empieza cuando se introducen las pieles en cubas llenas de cal y excrementos de paloma, donde se tienen varios días (estas cubas son las que podéis ver de color blanco).

Después de unos días se sacan y se pasan a otras cubas que están llenas de diferentes tintes naturales, según el color elegido para teñir.

Una vez teñidas y secas, las pieles se entregan a los artesanos, que serán los que las transformarán en las carteras, chaquetas o bolsos que después encontraremos en las tiendas.

Curtidurías en Fez

Las mejores vistas de las curtidurías de Fez se tienen desde algunas de las terrazas de los diferentes comercios que la rodean.

En la mayoría de sitios os dirán que lo mejor es contratar a alguien que os lleve hasta estos comercios y una vez allí, por unos cuantos dírhams, acceder a la terraza para después, una vez hayáis contemplado la escena, pasar por la tienda en cuestión para comprar algo.

En nuestro caso, nada tuvo que ver con esto. Accedimos a la primera terraza de la mano de un hombre que se ofreció a llevarnos a cambio de pasarnos después por la tienda de la planta baja. No le dimos ni un dírham, tampoco nos lo pidió, así que únicamente accedimos a la terraza de la tienda, vimos las increíbles imágenes de la curtiduría con una rama de menta en la mano (también nos habían dicho que el olor era insoportable, aunque al ser invierno seguramente era mucho menos ya que no las necesitamos) y una vez nos dimos por satisfechos, bajamos a la tienda y después de estar 5 minutos y no encontrar nada que nos interesase, salimos tal y como habíamos llegado, sin pagar un dírham.

Con este ejemplo os queremos decir que si alguien se ofrece para llevaros hasta las curtidurías no creáis que os está engañando u os querrá cobrar después. Y aunque lo mejor es preguntar y dejar claro que solo visitaréis la tienda y compraréis si encontráis algo que os guste, tampoco está de más dejar algunas monedas antes de iros si no compráis

3. Las vistas de Fez desde las Tumbas Merínidas

Al norte de la medina Fez el-Bali, detrás de las Tumbas Merínidas, podemos encontrar uno de los miradores más bonitos de Fez.

Situadas en una colina, fuera de las murallas de la ciudad, las Tumbas Merínidas son uno de los mejores lugares desde donde contemplar cómo el atardecer cae sobre Fez.

Para llegar hasta aquí podéis hacerlo de dos formas. La primera de ellas es cogiendo un petit-taxi que os llevará desde la medina hasta las Tumbas Merínidas por unos 10 dírhams (sobre un euro). Debéis indicar que os dejen en el Hotel Les Merinides, al lado de las tumbas, ya que la mayoría no entiende el nombre de «tumbas merínidas» y os dirán directamente que no os llevan.

La otra forma es atravesar la medina hasta llegar a Bab Guissa, una de las puertas del norte, y desde allí ir subiendo la colina, a través del Cementerio Bab Guissa, hasta las Tumbas Merínidas.

Nosotros, por el precio, os recomendamos que toméis un petit-taxi para ir y que la vuelta la hagáis andando (todo bajada) hasta Bab Guissa para volver a adentraros de nuevo en la medina después de vivir un atardecer espectacular.

Vistas de la ciudad de Fez

4. El restaurante Sekaya en Fez el-Bali o las mejores vistas de Fez

Entre los callejones de la antigua Medina Fez el-Bali, en No 87 Zekake lehjar, encontramos el restaurante Sekaya que anuncia con un frío cartel unas palabras muy evocadoras en caso de ser ciertas: «vistas a la Medina de Fez».

Podemos decir que lo que anuncia el cartel es totalmente cierto, aunque nosotros añadiríamos algo: «las mejores vistas a la Medina de Fez».

Llegar a él no es fácil, como tampoco lo es llegar a ningún sitio en Fez el-Bali, así que os aconsejamos que por unas cuantas monedas, le pidáis a alguien que os lleve hasta allí para poder disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad.

Otra de las opciones es llamar por teléfono al 06 64 46 64 08 y pedirles que por favor os manden a alguien para que os vaya a buscar. Seguro que lo harán encantados.

Una vez que subáis los 3 pisos que os harán llegar a la terraza, tendréis una de las mejores vistas de Fez que hayáis podido imaginar.

Vistas de Fez desde el restaurante Sekaya

Pero no debemos olvidar que Sekaya no es solo un mirador, es un restaurante donde podremos degustar unos platos de lo más sabrosos y deliciosos como el tajine de pollo o el de carne con ciruelas.

Los precios de los platos principales son de unos 60 dírhams (unos 5,5 euros) y van acompañados por un entrante/aperitivo de nueve pequeños platos típicos de la gastronomía marroquí: tomate picante con cebolla, ensalada de calabacín, ensalada de lentejas, patatas, aceitunas, humus… todo con pan típico para acompañar. Delicioso.

5. El Palacio Real

El Palacio Real de Fez es otro de los lugares que no deberías perderte en tu visita a la ciudad o, al menos, la única parte que se puede contemplar.

Se construyó en el siglo XIV, siendo hoy en día uno de los más antiguos de Marruecos, a las afueras de la Medina antigua o Fez el-Bali y provocando que surgiese la nueva medina, Fez el-Jdid, para poder abastecerlo.

Como decíamos anteriormente, solo hay una única parte del Palacio Real de Fez que se puede visitar y esta es la zona en la que se ubican sus increíbles puertas.

Se trata de siete puertas de diferentes tamaños, que representan los siete niveles de la monarquía marroquí y los siete días de la semana.

Palacio Real de Fez

Estas siete puertas de bronce son todo un ejemplo del arte islámico, rodeadas por miles de azulejos de diferentes colores.

La visita a esta zona del Palacio Real de Fez también nos permitirá recorrer sus alrededores y conocer un poco más de la nueva medina, tan diferente a la antigua.

Por último, recuerda que la moneda en curso en Fez es el dírham marroquí y que podrás conseguir tu cambio en la web de Global Exchange. Aquí te dejamos un descuento para tu cambio en nuestras oficinas. ¡Que lo disfrutes!

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Y si quieres saber más de Marruecos, no te quedes sin descargarte esta guía gratuita del país:

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