La provincia de Alicante (Comunidad Valenciana) es una de las más visitadas de España. Entre sus atractivos más obvios y conocidos se encuentran el agradable clima del que se puede disfrutar a lo largo de todo el año, su rica gastronomía y sus playas, pero, siendo la segunda provincia más montañosa de España, son muchos los parajes naturales y pueblos escondidos que harán que cualquier tipo de turista pueda disfrutar de unas vacaciones de ensueño.
Para ayudaros a descubrir Alicante, aquí os dejamos los lugares que no os podéis perder. Asimismo, si llegas a esta idílica provincia valenciana en avión y tienes que cambiar tu moneda (libras, dólares, francos, coronas, etc.) por euros, podrás hacerlo en cualquiera de las oficinas de Global Exchange en España.
Isla de Tabarca
Esta isla, la única poblada de la Comunidad Valenciana, fue la primera reserva marina protegida de España. Su tamaño es minúsculo – no supera los 500 metros de largo y los 130 de ancho –, pero acoge cada año a decenas de miles de turistas que encuentran aquí unas aguas cristalinas llenas de fauna y flora, pequeñas calas escondidas y un buen puñado de buenos restaurantes donde sirven los mejores arroces de la provincia, siendo la especialidad el caldero de arroz.
Un pequeño núcleo urbano de calles estrechas y pequeñas casas acogedoras completa la idílica estampa.
La mayoría de los turistas deciden tomar uno de los barcos que zarpan desde los puertos de Alicante o Santa Pola para pasar el día y regresar poco antes de la caída del sol. Sin embargo, hay un par de hoteles en la isla que permiten disfrutar de Tabarca cuando todos los turistas se han marchado. La tranquilidad que se respira durante el atardecer, la noche y las primeras horas de la jornada te hace sentir en el paraíso.
Altea
Esta pequeña población de la Costa Blanca alicantina es el lugar perfecto para pasar un fin de semana romántico.

Suscríbete gratis a nuestro boletín
Descubre los mejores rincones del mundo, de la mano de nuestros blogueros expertos en viajes. Recibe, cada semana, una nueva propuesta de aventuras en tu buzón.
Desde el paseo marítimo que discurre junto a una pequeña cala de piedras, varias callejuelas forman un entramado de tela de araña que asciende hasta el punto más emblemático de Altea, la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo. Sus dos cúpulas dominan el pueblo entero. En la ascensión encontraremos varios miradores desde donde admirar la salida del sol o el cielo teñido de rosa al atardecer.
Jalonando las estrechas calles, un gran número de pequeños e íntimos restaurantes sirven una gran variedad de arroces y pescados de gran calidad. Algunos disponen de terraza, ideal para juegos secretos de enamorados.
Calpe y el peñón de Ifach
La mayor joya natural costera de la provincia es el peñón de Ifach, unido a Calpe por un estrecho parche de tierra. Esta roca, de más de 300 metros de altura, parece emerger del agua como un titán y sirve de residencia a más de 80 especies de aves distintas. Hay un sendero que asciende hasta la cumbre proporcionando una buena excursión para los turistas que tengan una mínima condición física. Desde lo alto de la roca podremos disfrutar de unas vistas impresionantes de las dos grandes playas de Calpe: la de Levante (o la Fossa) y la de Arenal-Bol.
Al descender encontraremos nuestra recompensa en los pescados y mariscos que ofrecen un nutrido grupo de restaurantes que se apiñan en el paseo marítimo de Calpe. Tras la buena comida, podemos dar un paseo hasta las salinas o recorrer el casco histórico del pueblo.
Castell de Guadalest
Uno de los emblemas de este pueblo de la sierra alicantina, que fue declarado conjunto histórico-artístico en 1974, es la ermita que apareció en la portada de la edición de la afamada Lonely Planet sobre España. Un buen cartel de presentación para una villa cuya historia se remonta a la época de ocupación musulmana.
Guadalest está enclavado en un valle y se encuentra rodeado por las máximas alturas de la provincia: Sierra de Aitana, Sierra de la Xortá y Sierra Serrella. El entorno natural es de gran belleza, con cornisas rocosas, bosques de pinos y el embalse de Guadalest que tiñe de azul el fondo del valle.
Es un lugar típico de vacaciones donde existen poco más de 200 residentes. Sus calles son estrechas y adoquinadas, con multitud de pequeñas tiendas de souvenirs encajadas entre edificios históricos que datan hasta del siglo XI. Algunos que merece la pena visitar son: el castillo de San José, la casa Orduña y la prisión. Un lugar de cuento.
Parque Natural del Montgó
Este parque natural se encuentra en la comarca de la Marina Alta, al norte de la provincia de Alicante. Siendo un parque costero, es el lugar ideal para una escapada a la naturaleza que se quiera combinar con un buen baño en el mar Mediterráneo.
Muchos de sus senderos discurren entre una masa verde formada por más de 650 especies de árboles y matorrales hasta morir en una costa salvaje y abrupta, llena de cuevas para explorar, que te deja embobado. En cuanto a la fauna, podemos encontrar zorros, ginetas, tejones y comadrejas entre las más de 150 especies de vertebrados que existen.
Otro plus que tiene el Montgó es que muy cerca tenemos las poblaciones de Jávea y Denia, puntos clave para veraneantes.