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Más de Croacia por tu cuenta, por Bosnia y Montenegro

Más de Croacia por tu cuenta, por Bosnia y Montenegro

Hace unos días comenzamos esta ruta en carretera por Croacia pasando por Dubrovnik, Kotor (Montenegro) y las islas de Mjlet y Korcula. Ahora, seguimos de viaje explorando islas, saltando a Mostar (Bosnia) y disfrutando de la naturaleza en una jornada por los lagos de Plitvice, para terminar la ruta en Zagreb.

En este mapa te dejamos todos los lugares marcados:

Mostar

Imagen de Mostar.

Tras visitar Korcula, desharemos la ruta en ferri hasta Orebic y por la península de Pelješac hasta la carretera 8, que retomaremos hacia el norte. Una vez en Neum, la única región de Bosnia que da al Adriático, nos adentraremos 88 kilómetros hasta Mostar.

Aunque no hayamos salido de los Balcanes, cuando se conduce por esta carretera hacia Mostar se nota que hemos cambiado de país. Menos urbanizado, menos tránsito de vehículos y todo mucho más rural.

La imagen más internacional de Mostar es su puente, Stari Most. La guerra fue devastadora para Mostar y para su puente. Símbolo de unión entre sus pueblos, fue demolido en 1993 durante la guerra de Bosnia y, posteriormente, reconstruido en 2004. Además de inmortalizar el recuerdo con una –o cien– fotos del puente, es interesante visitar el barrio musulmán, ver sus mezquitas y el viejo bazar de Kujundziluk. El efecto de la guerra sigue patente en las fachadas y, de algún modo, todavía se respira en el aire de Mostar.

De regreso a Croacia, podemos parar en la ciudadela Počitelj, una fortaleza creada por los turcos, con restos bien presentes de su pasado islámico. Es muy recomendable subir a la torre, el punto más alto de Počitelj para contemplar todas las construcciones dentro de un perfecto paisaje descendente junto al río Neretva.

Hvar y Brac

Imagen de Hvar.

En el extremo oeste de la isla de Hvar está la principal ciudad, Hvar Town. Es una de las ciudades más visitadas de toda Croacia, probablemente por englobar buena parte de la historia del Adriático, a la vez que buenas playas, gastronomía, excursiones a islas y mucha fiesta:

  • Edificios históricos como el teatro y el arsenal o la plaza y la catedral de St. Stephen, ambas de piedra blanca.
  • Podría rivalizar con Ibiza, en cuanto a destino de fiesta, acompañado de yates, famosos y lujo.
  • Excursiones a las islas próximas, como Stipanska, Jerolim, Zdrilka o Palmizana. Basta con acudir al puerto de Hvar y buscar algún barco que vaya a alguna isla. Solo queda elegir a cuál vamos.

Imagen de la isla de Brac.

La isla más próxima a Split es Brac, parte del eterno dilema entre los viajeros que, por limitación de tiempo, solo pueden escoger entre esta y Hvar. En el caso de decidirnos por Brac, hay varios pueblos esperando nuestra visita como Supetar, Postira, Splitska, Sutivan o Milna. También podemos subir en vehículo al monte Vidova Gora para ver gran parte de la isla y uno de los musts de Croacia: la playa Zlatni Rat o cabo dorado, una playa blanca que se estira hacia el mar.

Split

Imagen de Split.

Lo más conocido de la segunda ciudad más grande de Croacia es el Palacio de Diocleciano, de finales del siglo III. Esta construcción se fue ampliando, hasta convertirse en una ciudad en sí misma, y conforma lo que hoy se conoce como ciudad vieja de Split. Tiene cuatro puertas de acceso y, una vez dentro, se puede seguir un recorrido marcado para no perderse nada, aunque también puede ser interesante seguir tu propio ritmo, parando en lo que más te llame la atención. Al salir, no olvides fotografiarte al lado, o más bien debajo, de Gregorio de Nin (Grgur Ninski).

Con algo más de tiempo disponible, podríamos pasear por fuera de la ciudad vieja y visitar, por ejemplo, la Catedral de Domnio para subir al campanario y tener vistas de toda la ciudad.

Un poco más al oeste, nos podemos desviar hasta Trogir, una ciudad muy pequeña de dos mil años de historia. Trogir es una parada muy recomendada para envolvernos de construcciones de piedra que ocupan una minúscula isla y que tardaremos una o dos horas en visitar.

Zadar

Imagen de Zadar.

Junto con Split y Dubrovnik, Zadar es la tercera ciudad imperdible de Croacia. También es el último punto de la costa croata que visitaremos, antes de adentrarnos hacia Plitvice y Zagreb. En Zadar sobresalen campanarios de iglesias y viejos edificios delimitados por la antigua muralla. Como sucede en otras ciudades croatas, todo lo que hay que ver está cerca y se puede llegar caminando: la catedral de Santa Anastasia, junto a la iglesia de San Donato, la plaza de los cinco pozos y la majestuosa puerta de Terraferma o puerta de Zara.

Claro que lo más singular de Zadar es el órgano del mar y el saludo al sol, ambas obras arquitectónicas que harán que las retinas y los tímpanos de los que aquí presencien una puesta de sol queden marcados para siempre. Al entrar el agua sobre el órgano de mar, se reparte por orificios que empujan el aire generando melodías que varían con cada nueva ola. Por su parte, el saludo al sol es una instalación circular de placas solares que se ilumina formando un juego de luces con cada puesta de sol. Hasta Alfred Hitchcock dijo que era la puesta de sol más bonita del mundo.

Lagos de Plitvice

Plitvice_640

La naturaleza ha preparado un espectáculo para los sentidos en el Parque Nacional de los lagos de Plitvice. Se trata de un denso bosque, en su mayoría hayas, donde el agua ha creado un paisaje de ensueño: 16 lagos en varios niveles unidos por un centenar de cascadas. El agua limpia y transparente, fluye por arroyos, canales y saltos de agua entre el verdor del parque.

Es recomendable entrar muy temprano al parque pues se suelen formar aglomeraciones en las horas centrales del día que distorsionarán la experiencia de Plitvice. Solo se puede visitar una pequeña parte de las 30 000 hectáreas a través de ocho rutas a elegir y dos entradas diferentes. Los senderos están muy bien señalizados y la elección depende del tiempo disponible y de las preferencias de cada visitante. Se puede dormir en hoteles rurales cerca de Plitvice y así llegar más temprano al día siguiente.

Zagreb parando en Rastoke

Imagen de Rastoke

Tras Plitvice, seguimos hacia el norte, entrando ya en el tramo final del recorrido por Croacia. 25 kilómetros después, nos cruzaremos con Rastoke, una versión en miniatura de los lagos de Plitvice. En este caso, son las caídas del agua del río Slunjčica en su confluencia con el Korana. Entre el agua y la vegetación hay antiguas casas con molinos y pasarelas posando para las fotos.

Imagen de Rastoke

Después de tantos lugares increíbles en Croacia, Montenegro y Bosnia, más la traca final de Plitvice, es normal que Zagreb no nos resulte tan impactante. En cualquier caso, si te queda media jornada libre, podrías acercarte al barrio Gradec, en la parte medieval de la ciudad, para visitar la iglesia de San Marcos y ver uno de los cuatro accesos antiguos a la ciudad: la puerta de piedra, y subir a la torre Lotrščak a por una foto panorámica. Puedes caminar un rato por la calle Tkalčićeva, que conecta con el barrio Kaptol, y una vez allí, curiosear en el mercado Dolac y ver la catedral de Zagreb y el centro neurálgico de la ciudad: la Plaza Ban Jelačić.

Te recordamos que Croacia se incorporó a la Unión Europea en julio de 2013 y que su moneda oficial es la kuna. Recuerda cambiarla antes de tu viaje con Global Exchange. Si viajas desde España, no olvides que puedes beneficiarte de nuestro servicio de moneda extranjera a domicilio. Basta con que nos indiques qué cantidad necesitas: nosotros nos encargamos de llevártela a casa para que solo pienses en disfrutar de tu próximo viaje.

Imágenes: Mario Fajt, Szabolcs Emich, Ignacio García, inkox, ebsels, banu_cicek, viaggioroutard y SarahTz.

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