¿Tan solo tienes un día para Fráncfort? No te preocupes, en este artículo te dejamos toda la información necesaria para conocer la ciudad alemana al completo. Hoy no te hablaremos de museos, que los hay muy buenos; en vez de eso, trazaremos una ruta sobre el mapa para ayudarte a explorar a pie todo lo posible. ¡Vamos a pasear por Fráncfort!
Berlín, Hamburgo, Múnich, Colonia y Fráncfort son las cinco ciudades más importantes, y también las más pobladas, de Alemania. Puede que la que nos ocupa en este artículo no sea la primera elección en un viaje a este país. Sin embargo, Fráncfort es una ciudad que gusta visitar ya que, por su tamaño, se puede ajustar un recorrido de un día. Y como, además, su aeropuerto es el centro de conexión de muchas aerolíneas, ya tienes la excusa perfecta para conocer la capital financiera europea.
La ruta por Fráncfort, a pie y saltando en metro
Aunque el centro de Fráncfort es perfectamente caminable, en los meses de frío conviene acortar distancias usando el metro. Por suerte, la red de transporte público es excelente, y el ticket de un día es la solución para moverse de forma ilimitada durante 24 horas. Como alternativa, la Francfurt Card es un poco más cara, pero ofrece buenos descuentos en museos, tours, visitas guiadas y en la Main Tower.
La vieja ópera, en medio del distrito financiero.
El punto de partida es Hauptwache, una de las plazas principales. Bajo ella hay galerías comerciales y una de las más concurridas estaciones de transporte de la ciudad. Entre la arquitectura contemporánea de la plaza destaca un edificio de estilo barroco construido en 1730, el Hauptwache, del que proviene su nombre. Comenzó siendo la sede de la Guardia Principal, pasó a ser prisión, comisaría de policía y ahora, restaurado, funciona como cafetería. En frente, se encuentra la iglesia de Santa Catalina.
Empezando fuerte en el distrito financiero caminamos hacia el edificio de la Bolsa de Fráncfort. Si el IBEX es el índice de referencia español, el DAX lo es en Alemania. El mercado de valores alemán es uno de los más importantes del mundo. Frente a él, dos estatuas representan las subidas y bajadas bursátiles: el toro y el oso.

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En medio de todo el distrito financiero, se abre un espacio amplio entre edificios. Hemos llegado a Operplatz, o Plaza de la Ópera. El Alte Oper, construido en 1880, fue reducido a escombros con los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, pero maravillosamente restaurado, ahora es el escenario de los eventos musicales y congresos más destacados de la ciudad. Curiosamente, en la actualidad, las óperas tienen lugar en la Oper Frankfurt, un nuevo teatro justo enfrente de la Eurotorre.
Antes de continuar el recorrido, nos detenemos en la Main Tower para subir hasta el observatorio de Fráncfort, en el piso 56, a 200 metros de altura. El ascensor alcanza una velocidad que crea una sensación de vértigo considerable, pero merece la pena por las vistas panorámicas en días despejados.
Llegó la hora de ver el famoso Euro. Para alcanzar la Eurotorre caminaremos por la calle Neue Mainzer, repleta de rascacielos, en el corazón del distrito financiero. La Eurotorre fue la sede del Banco Central Europeo hasta marzo de 2015, cuando se trasladó al otro lado de la ciudad, que luego veremos cuando crucemos los puentes sobre el río Meno. Y en los jardines de la Eurotorre, uno de los símbolos de la ciudad, la enorme estatua del Euro.
El centro histórico de Fráncfort.
Caminando, o en metro hasta Dom/Römer, nos adentramos en el casco histórico. La primera parada es la Catedral de Fráncfort o Catedral de San Bartolomé, el gigante gótico que resalta sobre los rascacielos de todo Fráncfort. Su construcción comenzó en siglo XIV, sobre ruinas de una vieja iglesia, aunque tuvo que ser restaurada, como todo el casco antiguo, tras la Segunda Guerra. Es espectacular por fuera, también su interior, así que aprovecha si pasas en su horario de apertura al público.
Muy cerca de la catedral está la plaza Römerberg. La arquitectura de sus edificios es tan diferente a las que habíamos visto en la parte financiera, que parece otra ciudad. Aquí las fachadas góticas y barrocas ya restauradas, incluyendo la del ayuntamiento o Römer, conforman una postal alemana perfecta. En la misma plaza, otros elementos señalados son la fuente de la Justicia, y la iglesia de San Nicolás.
Cruzando el Meno: Sachsenhausen.
Bajando por el callejón Fahrtor nos topamos con el río Meno. Antes de cruzar, el caudal del río, los tejados sobresaliendo entre árboles y los pintorescos puentes dibujan una vista muy agradable. Atravesar el puente de hierro, o Eiserner Steg, tiene su encanto. Seguramente eso pensaron todos los enamorados que dejaron un candado enganchado en sus cargadísimas barandas.
Tras los 170 metros de puente peatonal, por fin llegamos a Sachsenhausen. Sus casas, resguardadas al otro lado del Meno, fueron menos afectadas por la Guerra. Es el barrio más alternativo durante el día y se convierte en zona de marcha por la noche.
De regreso al casco antiguo, podemos cruzar el puente viejo o Alte Brücke para tener otra perspectiva del puente de hierro y de la ciudad.
Para comprar, para comer, para salir.
En Fráncfort la calle de tiendas es Zeil, ésta conecta las plazas Konstablerwache y Hauptwache. Entra al centro comercial MyZeil para resguardarte del frío, para ir de compras, o para observar su arquitectura desde la última planta.
Para comer, hay una gran variedad de restaurantes en la calle Große Bockenheimer Straße. Que no se te olvide probar las Frankfurter, en sus variantes würstchen, würstel o rindswurst y, como verás salchichas en todos los menús, compáralas con las Bratswurt y las Wiener.
Sachsenhausen es la zona de ambiente nocturno, pero también donde es más fácil encontrar las tradicionales apfelweinkneipen o sidrerías, sobre todo alrededor de la calle Kleine Rittergasse.
Navidad, un motivo más para ver Fráncfort.
Desde la última semana de noviembre hasta Navidad, la plaza Römerberg y alrededores podrían pasar por el escenario de una típica película de Santa Claus. Más de doscientos puestos decorados con el más completo estilo navideño forman este mercadillo y atraen miles de visitantes cada año. Si te pilla en Fráncfort, acércate hasta la plaza y prueba alguna comida típica. Tienes muchos puestos donde elegir; desde pescado frito a sopas calientes, sin olvidar las omnipresentes salchichas y acompañado, por supuesto, con una taza de glühwein o vino caliente.
© Imágenes: Mar Serrano, Kiefer, bankenverband, Ben Sutherland y Jorge Royan.
Dónde puedes cambiar dinero para tu viaje.
Para viajar a Fráncfort, necesitarás euros. Global Exchange cuenta con casas de cambio de moneda en los principales aeropuertos de más de 20 países. Consulta las oficinas en tu país y viaja con tranquilidad, siempre con la moneda lista para pagar todo lo que necesites.
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