Marrakech es la ciudad más interesante de Marruecos, su capital turística y una de las cuatro capitales imperiales que ha tenido durante su historia, junto a Fez, Rabat y Mequinez.
En esta entrada, os contaremos cómo disfrutar de un fin de semana de lujo en Marrakech. Eso sí, sin dejar de lado la tradición, pues no hay que olvidar que cualquier viaje a una cultura distinta a la nuestra debe conllevar, de forma inevitable, un respeto máximo a las costumbres propias del país visitado.
Lo primero que hay que hacer es escoger un buen hotel en Marrakech. Entre las más tradicionales estancias destacan un buen número de viejas mansiones ubicadas en el mismísimo zoco de Marrakech. Son los Riads, construcciones de varios pisos edificados alrededor de un patio central, a menudo decorados con fuentes o con alguna piscina. Se trata de pequeños palacetes al más puro estilo árabe, que harán las delicias de los viajeros.
El Riad Noujoum o el Riad Opale, con su piscina interior, son dos muy buenas opciones. Encontraréis preciosos Riads por menos de 900 dírhams marroquís (MAD), unos 81 euros. Una opción mucho más exclusiva es el hotel La Manounia, un auténtico palacio donde se han hospedado todo tipo de personalidades y jefes de estado, al alcance de muy pocos. En ocasiones, pueden encontrarse ofertas por debajo de los 4000 MAD (358 euros) para las suites más sencillas, aunque las habitaciones de lujo tienen precios más elevados.
Una vez alojados, es momento de perdernos por la ciudad más bella de Marruecos. Su laberíntico zoco, un lugar donde es imperativo perderse, es uno de los lugares más interesantes, con las distintas tiendas agrupadas por gremios, como viene desarrollándose desde antaño.

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Sin embargo, no solo tiendecillas es lo que uno puede encontrase en el zoco. También hallaréis bellas fuentes o interesantes escuelas coránicas, como la preciosa Madrasa Ben Yousef, que data del siglo XVI y en cuyas 130 celdas llegaron a alojarse hasta 900 estudiantes. Tampoco las mezquitas faltarán en este animado zoco.
Todos los caminos llevan a Roma. Y en este caso, a la Plaza Jemma el Fna, verdadero ombligo de la ciudad vieja de Marrakech y presidida por el minarete de la Koutubia, uno de los emblemas de la ciudad. La configuración, el aspecto y el ambiente de la plaza van cambiando durante el día. Regresad a ella cada pocas horas. Disfrutad de los encantadores de serpientes, de los cuentacuentos o de los dentistas improvisados de la mañana. Pero sobre todo, regresad a media tarde, cuando va oscureciendo y una miríada de puestecitos de comida van tomando el emplazamiento. Los zumos de naranja natural y la harira, la sopa tradicional de Marruecas, son deliciosos.
¿Buscas un buen restaurante en Marrakech? El Restaurante Azar, en Rue Yougoslavie, es uno de los que más de moda están. Podréis degustar una suculenta cena a la vez que disfrutáis de un espectáculo en directo. Primeros platos a partir de 50 MAD (unos 4 euros) y platos principales a partir de 200 MAD (18 euros). Otra buena opción es el restaurante Red House, de decoración al más puro estilo marroquí y sito en Avenida el Yarmouk. Un lugar elegante y de precios similares.
Una buena manera de disfrutar de Marrakech es hacerlo a bordo de una calesa. Eso sí, deberéis poner en práctica todo vuestro arte a fin de negociar un buen precio con el cochero. Por un par de horas deberíais pagar no más de 250 dirhams (22 euros). Una buena opción es acercaros hasta los Jardines de la Menara, al oeste de Marrakech, que se deben al gusto por el agua tan típico de los jardines árabes. Fueron construidos a partir del siglo XII por orden de Abd-al-Mumin, califa árabe. De regreso, no os perdáis las murallas de Marrakech, una de las más bonitas del continente africano.
¿Y qué tal disfrutar de un baño árabe en Marrakech? Se trata de una de las tradiciones más arraigadas dentro de la sociedad árabe. Los turistas pueden disfrutar del momento en lugares más tradicionales o en sitios donde el lujo y el esmero por el más mínimo detalle es la norma. El Hamam Rosa Bonheur es una de las opciones más exclusivas, a medio camino entre el hammam más tradicional y los modernos spa. Les Bains de Azahara suele hacer también las delicias de los viajeros con precios a partir de 150 dírhams (13 euros).
Toda jornada en Marrakech debe terminar, de nuevo, en la plaza Jemma el Fna, inicio y final de casi todo en esta fabulosa ciudad. Despedir la tarde en la terraza del sencillo Café de France, con vistas a toda la plaza y sorbiendo un dulzón té a la menta, es casi obligado.
Imágenes: Médéric, Liz Mochrie, Rol247*, Florin Van Halm y LSG05.
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Global Exchange en Marruecos
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