Río de Janeiro es una de las más bellas ciudades del mundo. Sin embargo, más allá de algunos atractivos turísticos de primer orden como el Pan de Azúcar o el Cristo Redentor, más allá de la Samba, el Carnaval o el Fútbol y más allá de la contagiosa alegría del carioca existe una realidad social que puede no ser tan amable.
Hablamos de las favelas, los enormes barrios que se extiende a lo largo de las distintas colinas que circundan la ciudad de Río de Janeiro y que no suelen ser noticia por su atractivo turístico si no por sus múltiples problemas asociados a la delincuencia y al narcotráfico.
[cta id=»3865″ align=»none»]Sin embargo, hay que saber que no siempre es así en varias de las favelas de Río de Janeiro. Son las llamadas favelas pacificadas. A raíz de la proclamación de Río de Janeiro como sede de los Juegos Olímpicos y del Mundial de futbol se inició una política de mejoras sociales a fin de intentar reducir al máximo las desigualdades sociales de las favelas así como sus niveles de delincuencia. En algunas de estas favelas el programa ha resultado francamente satisfactorio resultando las que son conocidas como favelas pacificadas, exentas actualmente de la histórica lacra del crimen.
Merece la pena saber que varias de estas favelas pueden ser visitadas sin mayor riesgo. Solamente hay que tener un mínimo de sentido común a fin de tener la oportunidad de conocer esta realidad social, evitando, por ejemplo, visitarlas durante la noche. No se trata de hacer turismo de la miseria ni mucho menos. Se trata de querer conocer una realidad tan carioca como la de la samba y el fútbol.
Favela Santa Marta
Una de esta favelas pacificadas y cuya visita resulta segura es la Favela de Santa Marta. Podéis acceder a ella desde el Metro Botafogo (desde 4.3 R$). Hay que tomar Rúa San Clemente y a unos pocos minutos os encontraréis con el Bondinho de Santa Marta, una suerte de funicular que fue inaugurado en 1998 y que permite a los vecinos de la favela acceder a la parte superior de la misma.
En realidad son dos la

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s formas de visitar la Favela de Santa Marta. Puede resultar francamente interesante contratar un tour por la favela, desde 80 R$. Un guía local que no es más que uno de los residentes de la favela os hará la visita. Es una manera muy atractiva de visitarla pues os contará acerca de las distintas anécdotas de la misma así como su proceso de pacificación. Estos tours tienen una duración de unas dos horas y media y os llevarán por los distintos recovecos de la favela, como el Largo de Michael Jackson, que recibe este nombre a raíz de que el famoso cantante rodara aquí el videoclip de una canción.
Otra posibilidad es tomar el Bondinho hasta la última estación (es gratuito) y dirigirse a pie, hasta un poco más arriba. Pasaréis por el control de la policía y si seguís caminando llegaréis hasta el conocido como Mirador de Pedrao. Desde aquí disfrutaréis de una de las mejores vistas de Río de Janeiro, con toda la Bahía de Guanabara y los distintos barrios de la ciudad como Botafogo y Copacabana.
Sin embargo, merece la pena bajar andando, en lugar de tomar nuevamente el Bondinho. Es esta la manera de poder pasearse entre gente humilde pero agradable y, muy a menudo, contenta de la llegada de visitantes fruto de la ansiada pacificación de la favela. Podéis observar como se trata de un barrio como cualquier otro, con sus colegios y tiendas. Eso sí, con muchas de las viviendas en un estado francamente precario, aunque con sus fachadas pintadas de vivos colores.
Ello es fruto de un programa social, desarrollado con la idea de que el arte pueda contribuir al bienestar social de la favela. Se llama Favela Painting Project, y busca subvenciones para conseguir el material para llevar a cabo el proyecto. Se trata de una iniciativa llevada a término por una pareja de entusiastas holandeses. En unos quince habréis bajo, si vais a buen ritmo, pero se trata de intentar conocer el lugar, hablar con los vecinos que estén interesados, impregnarse, ni que sea por unos momentos, de lo que supone vivir en una favela.
Favela Rocinha
Esta favela del sur de Río de Janeiro es una de las más famosas y populosas de la ciudad. Más de cincuenta mil personas viven en esta favela que por sus dimensiones podría tratarse de una pequeña ciudad. Como la mayoría de las favelas de Río se encarama en lo alto de una colina. En esta favela también encontraréis la mayoría de servicios que se le suponen a una pequeña ciudad: comercios, puestos de policía, guarderías y colegios, restaurantes, bancos… Como Santa Marta, también la Rocinha se considera una favela pacificada. En este caso, desde 2011. También aquí se pueden hacer tours privados con algunos de los vecinos de la favela que conocen el terrero y ofrecen una interesante perspectiva que acaba favoreciendo la experiencia.
La verdad es que realizar una visita a una de las favelas de Río de Janeiro debería ser una experiencia obligada en esta maravillosa ciudad, a fin de poder acercarse a su realidad social, más allá de las muchas visitas interés que Río de Janeiro tiene.
Imágenes: Vihh y Jordi Martínez.
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