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5 experiencias que vivir en Fez

5 experiencias que vivir en Fez

A menudo nos subimos a un avión de camino al otro lado del mundo para explorar destinos exóticos y muy diferentes a nuestra realidad. Y a menudo olvidamos que, a un corto vuelo de distancia de España, tenemos un país tan especial, bonito y curioso como Marruecos.

Así que en el artículo de hoy vamos a llevarte a Fez. Tenemos preparadas 5 experiencias que podrías vivir en una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, junto a Marrakech, Rabat y Meknes.

¿Listo? ¡Ponte la mochila, que iniciamos el viaje!

1. Perderse por la Medina.

No será algo complicado, ya verás. Fez es un laberinto de callejuelas, una maraña de caminos, tiendas, fachadas, callejones sin salida, mercados… Quizás intentes llegar al barrio judío y acabes en la Ville Nouvelle, la zona francesa; y da igual si quieres visitar el zoco de las especias porque seguro que vas a parar al de la henna.

Pero no te preocupes, Fez hay que vivirla de esta manera, sin mapas ni planes, simplemente dejándote guiar por el instinto, por los olores, por el azar. Vayas a donde vayas, encontrarás algo que te enamorará: no por casualidad Fez es Patrimonio de la Humanidad.

Vista de la Medina de Fez, en Marruecos.

2. Visitar la curtiduría Chouwara.

Sin duda, se trata del sitio más curioso y con más personalidad de Fez. Aquí podrás ver todo el proceso que implica la elaboración del cuero, uno de los trabajos más duros del mundo. Es increíble pensar cómo las pieles que se preparan en este lugar acabarán siendo bolsos, zapatos, monederos…

La mejor forma para visitar esta curtiduría, una de las cuatro que siguen activas en la ciudad, es entrar a una de las muchas tiendas aledañas y asomarse desde su terraza. Como puedes imaginar, el olor es bastante fuerte así que los empleados de las tiendas suelen entregar a los visitantes un ramillete de menta.

Imagen de la curtiduría Chouwara, en Fez.

3. Engordar un par de kilos.

La cocina marroquí es una interesante composición de influencias bereberes, árabes, mediterráneas y africanas. Cuenta con sabores intensos, especiados y muy característicos. Si te gusta ponerte las botas en tus viajes con las especialidades de cada lugar, estás de enhorabuena: Fez es una de las capitales gastronómicas de Marruecos. En tu visita deberías aprovechar los menús del día (entre 6 y 8 euros) para probar varios platos típicos como el famoso cous cous (semillas de sémola de trigo acompañado por carnes o verduras), el tajine (un recipiente de barro donde se cocinan diferentes platos como pollo con limón, cordero con ciruelas o keftas, albóndigas árabes, con salsa de tomate…) o la harira, una sopa hecha de legumbres, especias y hortalizas la mar de buena.

Imagen de un plato de tajine, en Fez, Marruecos.

Y no te olvides de acabar cada comida con un buen whisky bereber que no, no tiene alcohol: se trata de un té a la menta que te sentará de maravilla y más si se acompaña por un pastelito marroquí.

4. Enamorarse de su arquitectura.

Si la gastronomía marroquí es una auténtica delicia, su arquitectura es casi mágica: una mezcla de estilos islámico y de la África Negra que combina colores, formas, geometrías y que no deja indiferente a nadie.

Fez cuenta con muchos lugares, arquitectónicamente hablando, imprescindibles, como la Madraza Bou Inania, una escuela coránica de 1350, repleta de asombrosos detalles, la Mezquita Moulay Idriss II donde poder aproximarse a la religión musulmana, la Mezquita Al Qarawiyyin, la Puerta Bab Bou Jeloud o la Puerta del Palacio Real (este último, desafortunadamente, no se puede visitar).

Fez, en Marruecos.

5. Ir de compras.

Fez es uno de aquellos lugares donde es casi imposible irse sin haber comprado algo que no necesitas. En general, hay zocos y mercadillos esparcidos por todos los rincones, pero los más importantes son:

  • El Zoco de la Henna: donde encontrar cosméticos, perfumes, medicamentos y cómo no, henna, muy utilizada entre las mujeres marroquíes para decorarse las manos y teñirse el pelo.
  • El Zoco Attarine: el mercado de las especias, donde poder comprar todas las especias posibles e imaginables para, una vez en casa, intentar cocinar los ricos platos marroquíes.
  • El Zoco Nejjarine: con productos hechos en madera elaborados por artesanos carpinteros.

Además, no te olvides de pasear por Plaza Seffarine, donde puedes ver una de las tradiciones más antiguas de Fez: el trabajo de los caldereros. Tampoco dejes de hacerlo por las calles Talaa Kebira y Talaa Sghira con tiendas que venden desde babuchas de cuero a vasos de té. Recuerda que regatear es imprescindible. ¡Y no te extrañes si compartes tu camino con un burro!

Global Exchange en Marruecos

Por último, queremos recordarte que la moneda en curso en este país es el dírham marroquí. Si la tuya no lo es, podrás cambiarla con Global Exchange que, además, cuenta con más de 13 oficinas de cambio en este país (en los aeropuertos internacionales de Agadir, Tánger, Marrakech, Casablanca y Fez). Concretamente, en Fez, tendrás la posibilidad de hacerlo en el Aeropuerto Internacional de Säislas, las 24 horas del día, los 365 días del año, tanto en la zona de salidas como en la de llegadas.

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© Imágenes: Mike Prince, Singa Hitam y Shantanu Shah.

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