Hablar de Granada (España) es hablar de historia y mezcla de culturas. Porque si algo tiene esta ciudad andaluza que engancha es el mestizaje palpable en cada uno de sus edificios y calles (en ellos están presentes la cultura musulmana, la cristiana y la judía). Y si algo te atrapará de ella es la cantidad de posibilidades que ofrece al visitante. Son tantas, que desearás quedarte a vivir allí para siempre. Por eso, en esta entrada, te doy varias opciones para disfrutar de Granada.
1. Piérdete por sus calles.
Granada es una ciudad hecha para andar. Y andando podrás disfrutar del barrio del Albaicín, de las casas-cueva del Sacromonte, de toda la vida que custodian las orillas del río Darro… Y no solo eso, sino que perdiéndote por sus calles encontrarás multitud de rincones inesperados que harán que vayas queriendo más y más a esta ciudad con tanto encanto.
2. Ponte las botas con su gastronomía.
Seguro que has oído que Granada es conocida por sus tapas. Sí, es totalmente cierto y encontrarás multitud de sitios por los que salivar cuando te acuerdes de lo poco que pagaste por esa tapa que te pusieron con esa caña. Ejemplo de ello son La Bella y la Bestia o Los Diamantes.
Si lo que buscas es más tipo restaurante, puedes acercarte, por ejemplo, a la calle Ganivet. Y como recomendación personal y si te gustan las tablas de quesos y embutidos, no puedes dejar de ir a las bodegas Castañeda. Aunque si decides hacerlo, ve pronto porque suelen estar muy llenas (y no me extraña…).
3. Visita La Alhambra.
Por supuesto, este es un must en cualquier visita a Granada. La forma de hacerlo ya depende del tiempo que quieras pasar allí. Para que te hagas una idea, la entrada general da acceso a la Alcazaba, los Palacios Nazaríes, el Palacio del Generalife y los Jardines, el Palacio de Carlos V y el Baño de la Mezquita, pero también existen muchas otras modalidades de entradas, tanto diurnas como nocturnas.
Lo que sí te recomiendo es que si tienes claro que vas a ir, compres las entradas con bastante antelación porque se suelen agotar rápido (pese a la variedad de horarios existentes) y en el mismo día suele ser imposible hacerse con ellas.

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4. Asómate al mirador de San Nicolás.
Este mirador, el de San Nicolás, es uno de los más famosos de Granada. Y bien merecida se tiene esta fama porque la postal que verán tus ojos desde él (te aconsejo que vayas allí a ver la puesta de sol), con la Alhambra perfilando la línea del horizonte, hará que todo lo que pase en ese preciso instante te parezca mágico. También puedes aprovechar este momento para tomarte algo en cualquiera de sus terrazas, aunque deberás tener en cuenta que los precios están hechos muy a la medida de los extranjeros.
5. Ve de compras.
Si eres de los que disfrutan comprando, aquí vas a perder la cabeza. Sobre todo, si te acercas a la calle Alcaicería, donde encontrarás desde alpargatas hasta tapices, pasando por carteras y mochilas de lo más bohemias. Eso sí, ve con tiempo porque las tiendas parecen no tener fin y las ganas de disfrutarlas tampoco. Si, en cambio, te gustan más las tiendas con regalos curiosos o de decoración, entonces tu calle es Zacatín.
6. Disfruta de la fiesta granaína.
Ambiente y más ambiente, en todos los sentidos, eso es lo que ofrece Granada. Si lo que quieres es fiesta, no te resultará nada complicado encontrar multitud de sitios en los que disfrutar de ella. Desde El Camborio, en el barrio del Sacromonte, con un ambiente más internacional (si hace buen tiempo, te recomiendo que disfrutes de su terraza) hasta el Backstage, detrás de la Fuente de las Batallas, pasando por las coctelerías de la calle Ganivet, tendrás una amplia variedad de pubs y discotecas en los que la noche tendrá fin cuando tú quieras que lo tenga.
7. Pasea por las orillas de río Darro y disfruta de los músicos callejeros.
Elige un lugar en cualquiera de las orillas del río Darro, siéntate, cierra los ojos y disfruta de la música que, probablemente, te envuelva. Porque esta zona es de esas en las que puedes pasarte horas y horas sin, realmente, hacer nada, solo viendo pasar el tiempo tranquilamente. Su ambiente bohemio te enganchará, te lo aseguro.
8. Tómate un té, o un helado… ¡o las dos cosas!
Ya hemos dicho antes que otra cosa igual no, pero hartarte a comer, te vas a hartar en Granada. Pero además de eso, podrás darte algunos caprichos que encontrarás muy accesibles como tomarte un té en alguna de las muchas teterías que encontrarás en la calle de la Calderería (pecado mortal, si no lo haces) o comerte un helado en la conocida heladería de Los Italianos (a mí no me gustaron demasiado, pero es verdad que son muy baratos).
Además de esto, deberás probar los dulces típicos de esta ciudad, como son los piononos o la pastela moruna, con un sabor dulce-salado. Y un buen sitio para hacerlo es en la pastelería López Mezquita, en la calle Reyes Católicos, 39.
9. Olvídate del coche.
Además de que, como ya he comentado al principio, Granada es una ciudad muy accesible para conocerla andando (a algunas zonas, como a la Alhambra o al Sacromonte puede que prefieras subir en autobús para no morir en el intento), muchas de sus calles son solo para residentes.
Así que si no quieres llevarte ninguna sorpresa después de tu viaje (también es conocida esta ciudad por las multas que muchos se encuentran al volver a casa), mejor deja el coche a las afueras y desplázate en transporte público o andando, ¡que no está de más hacer deporte!
10. Ve a un baño árabe.
Qué mejor que acabar un intenso día de turismo que en unos baños árabes. En Granada, podrás encontrar varios, pero los más afamados son los de El Bañuelo, en la Carrera del Darro, conocidos porque fueron construidos en el siglo XI y pese a su antigüedad, conservan su encanto.
Recuerda que en España la moneda en curso es el euro. Si la tuya no lo es, asegúrate de cambiarla antes de tu viaje con Global Exchange.