Si disfrutas combinando actividad física y viajes, si ya conoces Barcelona (España) y quieres salirte de lo más típico, entonces te interesa este artículo porque en él te vamos a servir un interesante cóctel de turismo activo en Barcelona, para inspirarte en tu próximo viaje.
Unir en el mismo viaje turismo y aventura es un objetivo perfectamente alcanzable en Barcelona. A todos nos gusta conocer los principales monumentos y callejear por el centro de la ciudad. Pero a ti, empedernido viajero aventurero, que pocos lugares te parecen lejos para ir caminando, que te cuesta decir que no a una ruta senderista y que alguna vez has volado con las botas de montaña puestas porque no te cabían en la maleta; a ti que, además de los puntos de interés más conocidos, te encanta ver la ciudad como los pájaros, alcanzar un mirador en la montaña pedaleando desde el centro, o bajar hasta una playa por donde no hay sendero. A ti, te traemos este completo artículo.
Escapar de la ciudad en bici
En la web de Wikiloc hay cientos de rutas para hacer en Barcelona. De todas ellas, si estás en forma, una excepcional para sentir la energía de tus piernas sacándote de la ciudad es la que te llevará por la carretera de les Aigües (carretera de las Aguas), tras el hospital San Juan de Dios, hasta la cima de Sant Pere Mártir, y que continúa hasta el mirador de Turó d’en Corts. Hay bastantes puntos para descansar y a la vez disfrutar de muy buenas vistas panorámicas.
Para los más experimentados sobre los pedales, pocos planes son tan auténticos como salir de la Ciudad Condal en bici y ascender al Tibidabo. De hecho, es una de las alternativas que te contamos en nuestro artículo dedicado a la bici en Barcelona. Y si prefieres subir un tramo caminando, existe otro sendero fácil y entretenido desde la estación del funicular en la Plaça del Doctor Andreu, de unos 2,5 kilómetros. Para llegar hasta aquí, sube en el bus 196.
Caminando (y escalando) por Montserrat
El macizo de Montserrat es una de las formaciones más icónicas de Cataluña, una mole de roca que adorna el horizonte de decenas de municipios catalanes. La visita a Montserrat es casi obligada en un viaje por los alrededores de Barcelona por su fácil acceso y porque concentra historia, religión, naturaleza y, por supuesto, senderismo. Así que puedes unir en la misma ocasión la visita al espectacular monasterio de Montserrat y una buena caminata. La del camino de Sant Jeroni es una de las más conocidas, pero hay varias más, te toca elegir.

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Además, sus miles de agujas de roca lo convierten en uno de los destinos de escalada más amplios de toda la península. Hay para todos los niveles, el problema será decidir una vía de entre tantas disponibles.
Llegar por tu cuenta es muy sencillo, sube en la línea de tren R5, por ejemplo, en la Plaça de Espanya. Y luego elige cómo subir a Montserrat: caminando, en tren cremallera o en teleférico. También podrías acceder en autobús o llevarte tu coche y pagar la tasa (muy cara) de aparcamiento, o bien dejarlo aparcado y subir en teleférico o tren cremallera.
Días de ruta y montaña en El Berguedà
Ya has callejeado por Barcelona, has completado alguna ruta en bicicleta partiendo de la ciudad y la has visto desde todas las perspectivas de sus miradores: ahora es el momento idóneo para retirarte unos días a la montaña y respirar aire puro. De las zonas montañosas de Barcelona, me quedo con la comarca catalana de El Berguedà, en el norte de la provincia, donde se juntan las cordilleras costeras con el prepirineo catalán.
Repartidos por la comarca hay municipios muy pequeños donde la vida transcurre a otro ritmo, con varias rutas senderistas que se adentran en el Parque natural de Cadí-Moixeró. Una buena elección para sentar base es Bagà, en el valle del Bastareny, bien comunicado y bien bonito. El centro del pueblo conserva su estilo medieval, que se acentúa durante el mes de julio con el mercado, demostraciones de trabajos tradicionales de la región, productos típicos y múltiples actividades. Desde Bagà, una caminata muy fácil lleva hasta la cascada Fonts de l’Adou, en el nacimiento del río Bastareny.
Cada pueblo de la comarca tiene su encanto y no te bastará con visitar uno solo. Así que, ya que estás en Bagà, acércate a otros como Saldes, Vallcebre, Gisclareny o Gósol. Todos ellos están próximos a la imponente montaña Pedraforca, con senderos que merecen mucho la pena.
El Berguedà está a 130 kilómetros de distancia de Barcelona, lo que supone unas dos horas en coche. Una vez allí, prepara tu bicicleta o alquila una y vete a recorrer las carreteras de montaña. O si estás cansado de caminar, entre sendero y sendero, deja algún día de descanso para disfrutar del paisaje cruzando la sierra del Cadí, de Bagà hasta Alp, evitando el túnel de peaje, y ya cerca de la frontera con Francia.
Bici y playa por el eje costero
Si el tiempo acompaña, a ti que te encanta moverte en bici, cómo vas a decir que no al tramo de carretera C-31 entre Casteldefels y Sitges. Es una carretera secundaria, alternativa al peaje de la C-32, y es frecuentada por ciclistas. Son unos 20 kilómetros que transcurren por la costa, de ahí su nombre, con varios miradores y playas. Si el calor aprieta, no es mala idea tomártelo con calma y darte algún chapuzón en alguna cala, como Cala Morisca o Cala de Vallcarca.
En verano es difícil encontrar playas tranquilas en Barcelona y ciudades cercanas, pero cerca de Sitges hay algunas no tan concurridas. Si vas por el eje costero párate en la playa del Garraf, una pintoresca cala de arena rodeada de antiguas casetas de pescadores y trabajadores de la vía ferroviaria. Y si buscas otra buena playa y te quedan ganas de pedalear cinco kilómetros más, pasando Sitges, llega hasta la Playa L’Home Mort.
Imágenes: Albert Torelló, Press Cambrabcn, Ferran Legaz y Pixabay.
Dónde cambiar tu moneda por euros
Para moverte por la Ciudad Condal (y por España, en general) te hará falta contar con euros. Para ello, Global Exchange cuenta con 260 casas de cambio de moneda en los principales aeropuertos de 21 países, entre ellos el de Barcelona-El Prat. Consulta las oficinas en tu país y viaja con tranquilidad, siempre con la moneda lista para pagar todo lo que necesites.
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