Sobran motivos para ir a Barcelona, en España. A los que nos pilla relativamente cerca la incluimos como un destino inmejorable para ir de vez en cuando. Los que vienen de fuera piensan en Barcelona como la ciudad imprescindible de su visita a la Península. En este artículo exploramos la ciudad a través de cuatro de sus barrios más emblemáticos.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la ciudad de Barcelona es la primera en número de pernoctaciones de extranjeros, superando los seis millones en el año 2017. Madrid le sigue, rozando los cinco. Sin duda, los atractivos de la ciudad no dejan indiferente al viajero, que disfruta con su arquitectura, cultura, museos, monumentos, gastronomía y hasta con sus playas. Así, a bote pronto, te recuerdo los puntos turísticos que nadie se quiere perder en su primera visita a Barcelona:
La Rambla, con el Liceu, el Palacio de la Virreina, la Boquería y hasta la Plaza Real. El Paseo de Gràcia con la Casa Batlló y La Pedrera y las joyas arquitectónicas de la manzana de la discordia. Por supuesto, la Sagrada Familia, la Basílica Santa María del Mar y el famosísimo Parc Güell. Hasta arriba del Tibidabo y Montjuic, las playas de la Barceloneta y uno de los templos del fútbol, el Camp Nou.
Pero todos esos lugares de interés se merecen más que cientos de fotos. No están ahí como un decorado montado para que el turista los fotografíe en busca del selfi perfecto, no se levantaron para ser marcados en ningún checklist viajero. Mejor, te propongo que los integres dentro del barrio en el que se encuentran. Que explores más allá del monumento, que camines por sus alrededores, que te tomes tu tiempo, que observes otros edificios cercanos y que pongas atención a cómo viven los barceloneses en su barrio.
Barrio Gótico
Desde la Plaça Catalunya hasta el paseo de Colón y junto a la Rambla, el barrio Gótico es uno de los más famosos barrios de la ciudad. Sus pintorescas calles han sido escenario de muchas películas. Lo primero que llama la atención es la arquitectura del que bien podría ser considerado el corazón, el origen, de Barcelona. De hecho, la primera villa romana se instaló sobre el monte Táber, en el actual barrio Gótico. El cerro, próximo al mar, ahora difícilmente se aprecia pero, si te fijas un poco más, puedes notar la inclinación en sus vías. La muralla romana se conservó hasta el siglo XIII, aunque a día de hoy solo sobreviven algunas secciones en determinados puntos del perímetro octogonal de la antigua Barcino.

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- Lugares que no te puedes perder: la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia, la Plaça del Rei, la de Sant Jaume, la iglesia de Santa María del Pi, la de San Felipe Neri y la calle del Bisbe.
- Y dos museos destacados: el Museo de Historia de Barcelona y el Museo Federico Marés.
Por si todo esto fuera poco, por la tarde el barrio acaba cada jornada repleto de barceloneses y turistas tomando alguna copa o cenando en sus bares, que igualmente reflejan la combinación de lo medieval y lo vanguardista, tan característica del Gótico de Barcelona.
El Born
Situado junto al Gótico, este barrio de Barcelona parece un museo al aire libre que, a su vez, reúne varios de los museos más afamados de toda la ciudad. La época medieval quedó atrás en el tiempo, pero todavía se siente, en cierta manera, en las callejuelas del Born, donde acontecían las justas, esas batallas a caballo y lanza características del Medievo. Un barrio bonito donde los haya, de balcones con flores, de adoquines, de plazas con encanto, tiendecitas boutique e incontables cafeterías y bares de tapas.
¿Qué recomendar del Born? Acabaríamos antes citando qué no recomendar. Pero para ponértelo más fácil por aquí te enumero los principales puntos de interés:
- Tan solo con los museos tendrías para varios días: Museo Picasso, Museo Europeo de Arte Moderno, el Museo de las Culturas del Mundo y el Centro de Cultura y Memoria, ubicado en el antiguo Mercado del Borne.
- Además, aquí está la Basílica de Santa María del Mar, sobria e imponente en su fachada y en su interior.
Gràcia
El distrito de Gràcia es mezcla en todos sus aspectos: bohemio y cosmopolita, tradicional y alternativo; estudiantes para arriba, turistas para abajo; tiendas de souvenirs, talleres de artesanos y estudios de arquitectura; del Park Güell a Vila de Gràcia y, más abajo, no tan lejos, la Sagrada Familia. Ya que citamos la vila, la primera villa de Gràcia fue independiente de Barcelona, para más tarde, como otros muchos barrios, unirse a la ciudad de Barcelona. Pero lo hizo conservando su singularidad y esencia propia. Porque en las calles de Gràcia todavía se respira ese ambiente relajado de pueblo, con antiguas masías, calles empinadas y vecinos de toda la vida que saludan al visitante.
Si subes a Gràcia para entrar al Park Güell, intenta dejar algo de tiempo para callejear por el barrio, pronto experimentarás lo que te cuento en estas líneas; luego párate en el escaparate de sus tiendas y busca el bar más típico para tomar algo.
Las plazas de Gràcia merecen tu atención: la de la Virreina con la parroquia de Sant Joan, la del Nord, la del Sol, la del Diamante o la de Vila de Gràcia. Y el histórico mercado de la Libertad, reformado recientemente en centro gourmet con puestos gastronómicos para todos los gustos.
El Raval
La Rambla separa el barrio Gótico del Raval. Otra de las zonas más vibrantes y auténticas de Barcelona. Como sucede con Gràcia, El Raval también es barrio de jóvenes artistas, aunque aquí es más frecuente encontrar arte callejero y todavía más vida en la calle. Si buscas restaurantes alternativos, recetas de otras partes del mundo y con un estilo diferente, vete al Raval.
Sí, este es el barrio donde has escuchado que hay carteristas, prostitución y drogas, el que en otra época fuera el barrio rojo de la ciudad. Ciertamente, hay que ir con los ojos abiertos, pero no solo para evitar sorpresas, sino para percibir bien el barrio con más carácter de Barcelona. La primera impresión choca bastante, por ser un barrio tan céntrico, a un paso de la Rambla y albergar culturas tan diferentes. Vecinos venidos de todas partes del mundo salen a ganarse la vida; los restaurantes, cafeterías y tiendas dan buena fe de ello. Sin ir más lejos, el mercado de la Boquería queda a este lado de la Rambla y no es el único, en el Raval también está el Mercat de Sant Antoni, menos turístico.
Además, es un barrio de estudiantes, con numerosas escuelas y varias facultades de la Universidad de Barcelona. Y en cuanto a museos, dos muy destacados: el Museo de Arte Contemporáneo y el Centro de Cultura Contemporánea.
Imágenes: Jorge Franganillo, Umberto Nicoletti, Mariarosafg, WJ Teng, OK Apartment, Jaume Ventura y Pixabay.
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